El patrimonio de la empresa, sea individual o social, está formado por:
- Bienes, entendiendo como tales todos aquellos factores productivos, ya sean materiales (edificios, máquinas, muebles, mercaderías, etc.), o inmateriales (derechos de traspaso, patentes, fondo de comercio, etc.) que la empresa utiliza para intentar el logro de sus objetivos, unas veces para servirse de ellos (bienes de uso), y otras para sus intercambios en el mercado (bienes de cambio).
- Derechos, constituidos por aquellas situaciones jurídicas en las que la empresa se encuentra en situación de recibir, es decir, de sujeto acreedor frente a terceros, como pueden ser los créditos frente a clientes, las participaciones en otras empresas, los depósitos a su favor en entidades de crédito, etc...
- Obligaciones, o situaciones jurídicas inversas a las anteriores, en las que la empresa es deudora de otras unidades económicas por compromisos derivados de contratos, o de su condición de contribuyente: débitos a proveedores o suministradores, préstamos obtenidos, tributos a satisfacer, etc...
La suma de todos estos elementos constituye el patrimonio o la riqueza de la empresa, pero puesto que no todos ellos representan valores a favor de la empresa, es decir que no todos son positivos (ya que hay que tener en cuenta las obligaciones frente a terceros) tendremos la siguiente expresión del patrimonio:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario